sábado, marzo 20, 2010

"A ti no te extrañé"

Salí del avión y cuando llegué a la faja a recoger mis maletas, cuyo peso era de 30 kg cada una, se atrevió a ofrecerme ayuda para ponerlas en el carrito. Traté de hacerlo yo sola, pero me fue imposible, así que le pedí ayuda al señor de mi costado, que, con algo de molestia me ayudó a cargarlas. Continué a través del control de aduanas y, para mi mala suerte, salió la luz roja en el poste de salida, lo que suponía pasar mis maletas por la máquina de rayos x para verificar que decía la verdad en mi declaración de aduanas. A diferencia del resto de la gente que se iba a la derecha, yo tuve que voltear a la izquierda, donde dos oficiales me esperaban sentados para la revisión. Me detuve al costado de la máquina y me quedé parada esperando que alguno de ellos me ayudara a mover las maletas. Ambos se me quedaron mirando con cara de "por qué no te mueves, pon tus maletas en la faja". Miré a uno de ellos y le dije "¿me puede ayudar?" y con un suspiro de molestia se levantó y cargamos las maletas juntos. Fui a esperarlas al otro lado de la máquina y cuando la revisión terminó, al igual que cuando comenzó, ambos oficiales, sentados junto a sus computadoras, me miraron con cara de "ya acabó, llévate tus maletas". Nuevamente pedí ayuda. Empujé mi carrito hasta la salida y, de pronto, estaba rodeada de 4 taxistas preguntándome a dónde iba y si quería que me lleven.

Y pensé, Lima, a ti no te extrañé.

No extrañé tus buses viejos, ruidoso y, asfixiantes. Sus cobradores irrespetuosos y malhumorados. Sus conductores que esperan a la tercera luz verde para avanzar y cuyas maniobras y velocidad superan de muy lejos cualquier persecución policial producida en Hollywood.

No extrañé a tus pervertidos que caminan por las calles por las que yo camino, que toman los buses que yo tomo, que estudian en la universidad que yo estudio. A esos que acechan, a esos que hacen que no pueda sentirme cómoda en el verano porque siempre pensaré que sería mejor si pudiera caminar con un poncho que me cubra hasta la punta de los pies.

No extrañé a tu gente malhumorada y prepotente. No extrañé a tu gente que cree que es mejor que nadie. No extrañé a tus trabajadores que piensan que me hacen un favor cuando les estoy pagando por lo que hacen. No extrañé a tu gente "viva" y "conchuda". No extrañé a tus "choros"

No extrañé tu suciedad, tu olor, tu ruido.

No te extrañé y, cada vez que me voy, nunca te extraño y, cuando me vaya otra vez, no te extrañaré.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Joder.

Nunca te había leído tan rabiosa para con Lima, pero ya me estaba imaginando el asunto desde el título.

Es una cosa de locos.

En verdad, el viernes me quedé pensando en tus quejas a la hora del almuerzo (y en la manera de traumar al pobre mexicano) y en la justificación de "pero es que tú has nacido en lima, pues". Y se me hizo raro, porque, por una lado, sí, es cierto de que estoy, digamos, acostumbrada a mi ciudad... conozco el desorden porque para mí todo está en su sitio (como el chiste ese de quino, cuando lo veamos te lo muestro), pero tampoco es que para mi esta ciudad sea un oasis. Y eso no lo dije y creo que debí haberlo dicho.

Detesto no sentirme segura cuando camino por la calle con mi música en los oídos. Detesto desconfiar de toda la gente que me mira cuando paso, sobre todo en estos días cuando no puedo ni correr ni patear.
Tb me llega al huevo que los hombres sientan que tienen todo el derecho de mirarme, sólo xq yo uso algo que no me llega hasta el tabique. May pues.
Me revienta el tráfico. Me revienta que quien-todos-sabemos haya decidido parchar las pistas a meses de las elecciones y que parte de lima sea intransitable.
Me revienta que la gente toque el claxon por las puras.
Me revienta que miraflores se vaya convirtiendo cada vez más en una ciudad muralla, por obra y gracia de quien-tu-sabes número dos.
Y aquí he llegado a una conclusión... creo que no me revienta lima, sino los limeños. Y no todos. Pero me revientan porque no soy indiferente a lo que le pasa a mi ciudad, porque me da cólera que no sea más bonita y más pacífica y que todo el mundo crea que es el infierno.

En fin. Creo que esto da para más discusión.

He de retirarme.
Me gustó tu post y me gustó cómo tu cólera fue in crescendo.
Más te vale q a mi sí me extrañes, maldita.
Un beso enorme. Te quiero.
A.